
Construir un proyecto educativo exige atender a su lógica narrativa. Para que esta sea sólida es necesario tenga en cuenta algunas claves:
La búsqueda de la felicidad: Nadie emprende una aventura -tampoco la del aprendizaje- si esta no supone una mejora reconocible en su situación de partida.
La libertad: Los personajes creíbles son aquellos que viven la aventura con libertad. Aquellos en que podemos prever todas y cada unao de sus movimientos rápidamente les desechamos por artificiales y carentes de interés.
Las relaciones que los miembros del proyecto desarrollan cuando viven cada fase del mismo.
Las transformaciones que vive cada miembro del grupo a lo largo de todo el proceso.
En un post anterior comentaba “la felicidad” como clave narrativa para la elaboración de un proyecto. En esta ocasión quiero señalar le segundo de los elementos tratados “la libertad” en el marco de narración de un proyecto ABP en relación a cómo lo hice en el libro “Narrar el aprendizaje. La fuerza del relato en el ABP”
Libertad del alumnado como protagonista
El diseño didáctico deber responder a los intereses de conocimiento de los estudiantes. Son los principales protagonistas de una narración única. Son ellos quienes la escriben en función de sus necesidades de aprender.
Es un error entender que el proyecto debe iniciarse siempre mediante una actividad divertida y diseñada exclusivamente por el docente. La Motivación para iniciar un proyecto educativo debe atender a los intereses del alumnado. El docente genera un detonante sobre el que el alumnado se reconoce como protagonista y cercano. Es la realidad del alumno y alumna la que les motiva a emprender la aventura del aprendizaje. Por ello, es muy necesario que el alumnado se sienta libre para decidir las preguntas que quiere responder, las acciones que cree debe acometer, etc. Todo ello exigirá un gran esfuerzo y trabajo de aprender. También permitirá al alumnado sentirse responsable último del proyecto ABP
Libertad del proyecto en respuesta a la dinámica del aprendizaje
La estructura del proyecto debe permitir que crezca de forma libre, en función de la dinámica de los participantes, incluyendo alumnado, docentes, la comunidad y especialistas.
El rol del docente debe centrarse en diseñar la estructura general de la trama, los elementos que harán crecer la historia, y ponerlos a disposición de los personajes, exponiéndolos a situaciones que los hagan evolucionar.
También asegurarse que exigirá trabajar aquellos contenidos curriculares que sabe necesarios para su alumnado y a evaluar de forma continua la adquisición de dichos contenidos.
Esto implica diseñar la estructura del proyecto con retos, problemas, hitos, conflictos y puntos de giro, en lugar de itinerarios cerrados. También de poseer un eje estable que permita la evaluación de los objetivos educativos que se plantea como docente en el desarrollo del mismo.
Negociación y autonomía
La elección y la autonomía de los estudiantes les ayuda a desarrollar un sentido de propiedad y control sobre su aprendizaje.
Es necesario interrogarse sobre los caminos que el alumnado ve necesario recorrer en el aprendizaje y ponerlos en relación con aquellos que pretende el docente. Ambos no tienen por qué ser incompatibles. Los progresos del alumnado, en relación a su aprendizaje, deben ser vistos como una herramienta valiosa para recorrer la aventura del proyecto ABP
Personajes reales y libres
Al construir el relato, es importante crear personajes reales que tomen decisiones movidos por sus propios principios, pasiones e intereses. Esto implica alejarse de comportamientos prefijados y estereotipados. Un personaje es real cuando es libre.
Decenas de proyectos educativos son abandonados por el alumnado cuando descubren que las actividades, acciones, roles, etc. que deben asumir son dictadas de forma unívoca por sus docentes. Frente a ello, hay que recordar que la libertad de los protagonistas para recorrer el proyecto no implica que éste no pueda ser diseñado de forma minuciosa por los docentes. La tarea del docente es facilitar al alumnado para que produzca preguntas, propuestas, actividades, visitas, procesos de investigación, etc. diversos en función de la propia narrativa del proyecto.
Integración de contenidos curriculares
Los contenidos curriculares deben ser útiles para la comprensión de la ocasión planteada, poniéndolos en relación con el currículo oficial. Los contenidos deben servir al aprendizaje de los alumnos y no al revés. El alumnado debe reconocerlos como herramientas necesarias para que la aventura en la que están inmersos avance en intensidad e interés.
Flexibilidad y adaptación
El proyecto educativo debe ser flexible y adaptable, permitiendo que los alumnos participen en la aventura de aprender como verdaderos protagonistas, en lugar de escenificar un simulacro con una capacidad limitada por un diseño cerrado y estereotipado.
La libertad en un proyecto ABP no implica la ausencia de planificación didáctica, sino una programación que considere la lógica narrativa y emocional del relato, El objetivo es diseñar el aprendizaje de forma que los estudiantes vivan arcos de transformación que los sitúan y modelan una historia determinada. Una aventura que les lleva a construir su aprendizaje conectado con la realidad e intereses que habitan.
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