Estos días, el cien por cien de los docentes y alumnos de este país anda a vueltas con la evaluación.
El pasado viernes me sentaba -una vez más- en una “reunión de evaluación” ¿qué sensaciones producen estas reuniones?.
Los alumnos están nerviosos con “la evaluación del curso”. Los padres disimulan como pueden, pero están estresados con la “evaluación final”. Ese estrés era compartido por los docentes que se debaten en un mar de evidencias de aprendizaje que deben traducir a un número. Un número que en muchos casos dará opción a personas con las que han convivido durante un curso entero a promocionar, acceder a los estudios que desean, sentirse satisfechos con su trabajo, sentir reconocimiento por parte de sus familias y amigos. O bien todo lo contrario; sentir reprobación, fracaso o desapego con el aprendizaje.
Mientras vivía –como año tras año- esta escena volvía a reflexionar sobre una idea que ya he expresado en otras ocasiones y que me gustaría compartir una vez más: evaluar no es calificar.
No voy a ponerme exquisito con los términos. En esta ocasión se trata solo de trazar un sencilla línea que separa el terreno en el que nos movemos en cada momento.
Evaluar es reflexionar sobre lo que hemos vivido y aprendido para poder decidir hacia donde dirigimos nuestros nuevos aprendizajes. Es un andamio sobre el que construir un puente.
Calificar es etiquetar a una persona atendiendo a uno o varios criterios –parciales- con vistas a compararle con otras personas que están por encima de ella -o él- o con situarte por encima o debajo de un umbral mínimo. Es un territorio de exclusión.
Evaluar es un acto de compromiso con la persona que aprende. De apostar por ella y ofrecerle una herramienta para que oriente sus esfuerzos hacia la dirección que le hace crecer como persona.
Calificar es una terrible decisión en la que un docente debe elaborar una escala lineal de algo que no es lineal: el aprendizaje.
Evaluar es…
Reflexionar
Ofrecer instrumentos para orientar la decisión
Crear situaciones que invitan a reaccionar ante los contenidos, las propias habilidades, la capacidad de ponerlas en juego en la práctica, de convertirlas en herramientas de intercambio social
Discutir sobre la efectividad del cambio que lo aprendido ha producido en cada persona y en la comunidad.
Calificar es…
Etiquetar
Excluir
Competir
Crear espacios que desvirtúan el aprendizaje haciendo que el alumno pierda el poder sobre el mismo.
En estos momentos, el cien por cien de alumnado y docentes están sufriendo el efecto de comprender que evaluar y calificar no es lo mismo. ¿Cómo acercamos los términos evaluación y calificación?